A mi salida del fondo y de la misma biblioteca central, e incluso yo diría más, cuando regresaba a mi casa, comprendí la gran oportunidad que había tenido al poder observar libros de tanta antigüedad y tan absolutamente valiosos. La Biblia de Gutenberg, un ejemplar único que está bajo cristales en Burgos se nos presentó al alcance de la mano y una experiencia así, la de poder examinar un libro tan importante de forma tan directa es de las que quedan para siempre en el recuerdo de todo aquel que disfruta de los libros. Otra cosa que me llamó la atención fue la cantidad de páginas censuras y desperfectos que sufrieron algunos incunables por la censura, una verdadera pena. Quizá lo que más me decepcionó es la imposibilidad de poder ver con más calma y examinar esos libros tan especiales con más tranquilidad. No obstante, eso es algo que me propongo para el futuro gracias a la posibilidad de acceder al Fondo Antiguo presentando solamente mi carnet de identidad o consultándolos a través de la red. Además de ello, un paseo por las distintas plantas y por las estanterías de este archivo hubiera hecho más completa si cabe esta visita.
"Estamos inundados de información y sedientos de conocimiento" (Anónimo).
martes, 24 de octubre de 2006
Visita al Fondo Antiguo de la Universidad de Sevilla
La cita era a las cuatro de la tarde. Aunque había sido un duro día de trabajo, me encaminaba con curiosidad y con el resto de las fuerzas que me quedaban hacia el rectorado de la Universidad de Sevilla. Iba a encontrarme, una vez más, con los libros, algo que siempre he disfrutado. Una biblioteca siempre ha sido para mí algo más que un lugar lleno de libros.
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